22 de noviembre de 2024.
En Memoria de la diputada Mercedes Bulnes
En Chile, la pobreza no solo se mide en dinero. También se mide en oportunidades, en acceso al conocimiento, en la capacidad de soñar y crear. Y hoy, pudimos ser mucho más pobres. La extrema derecha, esa que le tiene miedo a que le llamen por su nombre nefasto, el de la esvástica, encabezada por los que se llaman republicanos intentó rechazar el presupuesto del Ministerio de las Culturas para el año 2025. Quedó claro que no solo desprecia la diversidad y la riqueza cultural de este país, sino que además buscan asfixiarla. Dicho así, parece abstracto, pero cuando comprendes que tu vida, tus valores, lo que eres en gran parte es una expresión de esa magnífica riqueza comienzas a sopesar la magnitud de su vileza
Este rechazo no es un hecho aislado. Era un golpe directo a la identidad de un pueblo, un síntoma de un proyecto político que prioriza y amplifica el miedo, el control y los mezquinos valores reaccionarios por sobre el progreso, la educación y la creatividad. Lo que para ellos era un recorte fiscal, para nosotros era la mutilación de nuestra historia, de nuestras voces y de nuestras aspiraciones como sociedad.
El miedo a la cultura
¿Por qué la cultura siempre es el blanco del rechazo de la Derecha oligárquica en Chile? Porque para esta derecha, la cultura es subversiva, tanto como la memoria y la identidad de un país fragmentado, como hasta altas horas de la noche del 22 de noviembre le molestaba al senador Cruz Coke, ex seudo artista, tan malo en lo suyo que jamás logró notoriedad por sus desempeños en ello, pero que supo capitalizar para el área política y para sus amigos, la fama pobretona de cuasi galán del siglo pasado (recordemos que solo en 5 meses despilfarró 12 millones de pesos en un arriendo de oficina)
Sabemos que los productos y las experiencias de las Artes, lo que sesgadamente llaman "cultura", es un espacio de resistencia, un territorio donde los dogmas se desmoronan y las verdades absolutas se cuestionan. El Arte refleja a través de su incansable búsqueda estética, la moralina putrefacta de un sector que incluso busca frenar el control ético a la clase política. Demostrado quedó con la maquiavélica negativa de poner un reemplazante a la Diputada Mercedes Bulnes (QEPD), en los momentos más críticos de su tratamiento contra el cáncer.
El arte es un espejo incómodo para el modelo de país que la derecha viene arrastrando desde mucho antes de la nefasta dictadura cívico militar del siglo pasado. A quienes detentan el poder a través de todas sus formas no les conviene que las personas piensen críticamente, que las comunidades puedan expresar sus dolores y esperanzas, o donde se conmemora la memoria que le da sentido a nuestra identidad.
La derecha en Chile no rechaza solo un presupuesto. Cruz Coke y su partido light donde cabe su cara de niñato malcriado, no solo buscaba una estratagema, simplemente es la cara patética del que rechaza el derecho de cualquier país civilizado a recordar a sus compatriotas asesinados por el fanatismo alevoso del fascismo.
Además con esta cancelación de presupuesto (ínfima, hay que decirlo, en medio de todo el presupuesto nacional), se privaba a los pueblos originarios de preservar sus tradiciones, la libertad de los artistas para explorar nuevas formas de expresión y el acceso de la ciudadanía a espacios donde la cultura florezca: Tu derecho. Era un berrinche político que buscaba hacer visible su esperpéntica presencia, más que empobrecernos, no solo materialmente, sino espiritualmente.
¿Qué significaba este rechazo para Chile?
El rechazo al presupuesto del Ministerio de las Culturas 2025 era un golpe al corazón de nuestra sociedad. Significaba menos recursos para bibliotecas públicas, menos apoyo para festivales que celebran nuestra diversidad, menos oportunidades para que las nuevas generaciones se formen en un entorno creativo y libre. Este acto nos empujaba a un país más gris, más conformista y más desigual que (ojo atento), a ninguna autoridad territorial le hubiera convenido. Lo sabe la derecha: imagínese un Gobernador o un Alcalde de derecha con toda la organización cultural de base en su contra. Políticamente impresentable.
Fue show malo y barato. Enviaban un mensaje claramente peligroso para sus intereses: en el Chile que imagina la extrema derecha, el progreso no se mide en cultura ni en humanidad, sino en obediencia. Eso no podía aparecer tan explícito. ¿Acaso la derecha quiere un país donde lo único que crezca sean las cuentas de quienes ya tienen demasiado, mientras lo común y lo colectivo se marchitan? Sí. No nos perdemos, pero no pueden declararlo tan abiertamente.
La resistencia cultural como respuesta
Sin embargo, la expresión de los productos y experiencias de arte siempre ha sido un terreno fértil de resistencia. Desde la dictadura hasta hoy, las voces creativas han encontrado formas de alzarse, incluso cuando intentan silenciarlas.
Este rechazo al presupuesto 2025 era, sin duda, un desafío enorme, pero también fue una oportunidad para que muchos agentes culturales pudiéramos unirnos y demostrar que la cultura no depende únicamente de fondos estatales, sino de la voluntad colectiva de un pueblo que se niega a callar.
Va siendo hora de ponernos serios a la hora de votar. No da lo mismo por quien votas. Lee siempre el compromiso de cada candidata o candidato y ojo, que el compromiso con la cultura lo escriben con letra chica. Nunca es tarde para comenzar a defender tu derecho a imaginar, a cuestionar y a construir un país más justo. Cuando leas esto, ten claro que la derecha ayer 21 te quiso más ignorante, más pobre, pero recuerda: la verdadera riqueza de un pueblo y de cada uno, está en la capacidad para resistir y reinventarse, como lo hace el arte.
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