Se me invitó a moderar un conversatorio en torno a estos tres ejes pertinentes a un Magister en Guion en el que participo como docente. Al barajar posibles invitados quise proponer una dupla, que de algún modo represente un arco de tensión sobre el cual disparar algunas preguntas que me vengo planteando acerca de la sociedad chilena contemporánea vista desde la mirada del cine.
Sin falso pudor puedo decir que no me equivoqué al indicar que Silvio Caiozzi, el maestro del cine latinoamericano, que no requiere mayores presentaciones y Hernán Caffiero, un director nuevo, digno de elogios y que sin duda dará que hablar a futuro, con un registro estético cuidadoso y una preocupación directa por la memoria de Chile eran ideales para generar una reflexión en torno a estos temas.
Debemos partir por introducir la promisoria obra de Caffiero, con el capítulo 1 de su serie "Una historia necesaria", (2017), proyecto beneficiado con el fondo CNTV y, ganador de XIV Festival de Cine y DDHH de Barcelona a mejor cortometraje ficción:
Por su parte, Caiozzi sin lugar a dudas, es uno de los realizadores más premiados de Iberoamérica. Sus creaciones han recibido cerca de 100 premios en los más importantes festivales de cine internacional (Venecia, Montreal, Biarritz, Valladolid, Huelva, La Habana, Trieste, Mar del Plata, Cartagena de Indias, entre otros). En sus películas, una y otra vez el tema de la memoria aparece bajo distintas formas. No obstante, hay una realización suya en registro de documental que no ha tenido la misma suerte, quizás por el género, quizás por el tema: "Fernando ha vuelto", la documentación que hiciera a fines de los 90, acerca de la entrega de los restos óseos de un detenido desaparecido bajo la dictadura militar, a sus familiares.
La pieza audiovisual que registra tres días en la vida de una familia que debe acudir al Instituto Médico Legal a recibir los restos de un ser amado, asesinado de manera cruenta y alevosa, para darle sepultura, a pesar de la crudeza testimonial, dialoga con la estética general de la obra del director: la cámara respeta los tiempos de los protagonistas, el relato construye un punto de vista respetuoso y a pesar de que fue realizado in situ, logra articular un guion documental que pareciera seguir una línea de reportaje. A modo de ejemplo, veamos cómo se inserta en este modesto y brevísimo Reel de presentación de Silvio, con el que partimos el encuentro:
En relación a su última película “Y de pronto el amanecer”, le indicamos a Caiozzi que había declarado a un medio de comunicación, en abril reciente: “Es curioso, pero creo que uno se va poniendo más optimista mientras pasan los años.” Ante lo cual fue tajante en precisar su declaración porque él más bien se encuentra muy preocupado por el estado de la sociedad, a la que encuentra muy sumergida en falsos temas instalados por grupos de poder que desvían la atención de los verdaderos problemas que debieran convocarnos.
Hernán Caffiero, por su parte fue enfático en referirse a que que el camino para transmitir el saber que se aloja en nuestra memoria colectiva como país, está en transmitir desde la emoción a las nuevas generaciones. Indudablemente nos emocionó su pasión al relatar los detalles del proceso de producción de su serie, que involucró a muchos jóvenes que se vieron interpelados por el tema de la historia del país.
Estas y tantas otras reflexiones son las que pudimos compartir junto a dos directores que coinciden en que sigue siendo urgente transmitir la verdad, aunque resulte incómoda, para que podamos reencontrarnos como país, urge salir un poco de las demandas de un modo de hacer cine a nivel industrial y recuperar audacia y creatividad para revisitar nuestra historia reciente.. Esperamos contar prontamente con una instancia parecida a esta, para invitarlos a uno de los ejercicios más sanadores dentro de la condición humana: conversar.
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