Hace más de 10 años realicé una pieza audiovisual acerca de Isidora Aguirre. Un poco por encargo y mucho por el interés de conocer más de cerca a la creadora de la obra teatral con mayor repercusión en la historia del teatro chileno, uno de esos pocos fenómenos de la historia cultural local que reúne todo para ser un mito: el primer gran musical, el espectáculo más visto en todo el país, la vitrina de décadas para cientos de actores, y gracias a sus incontables giras, quizás la puesta en escena chilena más conocida en el panorama internacional, una obra que solo una personalidad tan rica en matices y sensibilidad podía haber creado: "La Pérgola de las Flores".

El producto audiovisual en sí, de muy corta duración, era para ser exhibido en la noche de inauguración del Cuarto Off Dramaturgia, del 2007, que aquel año era dedicado a las mujeres. Algo tan inusual por entonces como que su ciclo ocurriera, por decisión de las organizadoras, la semana del 11 de septiembre.
La incombustible imagen de la Carmela, en una versión contemporánea de Evelyn Cornejo, que hace aparecer la razón de la migración del campesinado que insinuó el texto de Isidora.
Aquel pequeño video, realizado con más buena voluntad que dinero, ya que no contábamos con recursos para hacerlo (ya lo sé, nunca hay recursos para el arte...), significó para mí el comienzo de una aventura que no sabía adónde terminaría. Bueno, con la energía y determinación de Isidora nunca se sabía en qué podía acabar algo. El video cumplió su modesto objetivo de homenajearla en la noche inaugural y ahí mismo la provocación de Isidora caló hondo: "Oye, ¿y si hacemos algo más largo?", me dijo, con ese tono de aparente y coqueto desinterés con el que solo Isidora te lanzaba un desafío.
Pieza audiovisual creada para rendir homenaje a Isidora Aguirre el 2007
Muy pronto, a fines del 2008, al acercarse a los 90 años, la Nené (como la llamaba cariñosamente su circulo más cercano), aceptó con entusiasmo la propuesta de hacer una versión más acabada, de realizar un documental. Gracias a la gestión de la escritora y académica Andrea Jeftanovic, se lograron unos pocos fondos para realizar una serie de actividades en torno a la figura y obra de Isidora, entre las que cabía la posibilidad de resaltar la creación de Isidora con un pequeño audiovisual.
Pero la Nené no sabía de pequeñeces. Entre las conversaciones previas para la realización del guion, que se sostendría en una entrevista en la comodidad de su casa, fue apareciendo la peregrina idea de visitar los pueblos en los que se sumergía para investigar y crear sus obras. Un par de semanas después estábamos con Isidora recorriendo la carretera central de Chile rumbo al sur, en una travesía digna de Road Movie de bajo presupuesto, pero mucha convicción.

Para mí, significó el reencuentro con los paisajes reales y los imaginados de mi infancia en San Rosendo, el Macondo de Chile, el "no lugar" del campesinado nacional, que otrora fuera descrito por Pablo Neruda como el "nudo ferruginoso y gris" del centro del país, dada la importancia de su actividad ferroviaria a mediados del siglo XX.
Además, ya que Isidora quería particularmente visitar la tumba de los trabajadores asesinados en Laja en las primeras semanas de la dictadura militar, nombres tan familiares en mis primeros años, se convertían en parte de la locación de rodaje. “Es muy raro cuando escribes algo y tus personajes se encuentran en la platea”, me confidenció la Nené a propósito del estreno de su obra “El Retablo de Yumbel”, donde los familiares de los detenidos desaparecidos escuchaban el nombre de sus seres queridos en la escena. Sí, tan raro como filmar retazos de la niñez.

Declarada Hija Ilustre en San Rosendo; Visita Ilustre en la mina El chiflón del Diablo, en Lota; peregrina en Yumbel e investigadora en Concepción, Isidora nos contagiaba de fuerza, a pesar de la precariedad de tan delirante empresa por las rutas a veces poco confortables del interior del país. “Crear nos hace fuertes”, me había dicho unos meses antes y ese slogan del que había surgido la premisa de creación del documental, se convertía en un mantra que coreábamos en los momentos en que todo parecía en contra.

“¿Conoces a Isidora Aguirre?”, al comenzar el rodaje, preguntamos a varios jóvenes al azar en las calles. El silencio y el titubeo revelaba que en verdad era una gran desconocida. “¿Conoces la Pérgola de las Flores?”. Era la posterior pregunta y todos sonreían en señal de asentimiento y hablaban de la Carmela. Constatábamos que tantos personajes y obra en general, fueron fagocitados por la fama de la sanrosendina, (así como Frankestein devoró la obra e imagen de otra mujer, su autora: Mary Shelley) Había pues, motivación de sobra para darla a conocer en ese viaje audiovisual, que por decisión de todos, incluyéndola obviamente, trataría de acercarla a las nuevas generaciones.

Así, durante unos días de caravana pudimos entrar en contacto con una musa inspiradora en todo el sentido de la palabra: perspectivas ética y estética plenas de vigencia, lucidez, originalidad, sentido del humor y generosidad. Ante nosotros aparecía una artista de muchas texturas y una aguda intelectual; una mujer de carácter obstinado, pero al mismo tiempo de ternuras y detalles maternales, con una rigurosidad y talento tales que le permitieron escribir en tantos registros para tantos temas: “Los que van quedando en el camino”, “El retablo de Yumbel”, “Lautaro”, “Maggi ante el espejo”, y tanta obra en prosa, cuentos, poesías y canciones ignoradas durante su vida por la fauna editorial, el zoológico académico y la feria de las vanidades del teatro.
Trailer del documental La GRANDEsconocida
“La GRANDEsconocida” terminó llamándose el documental, en alusión a bromas que hacíamos por su estatura (la Nené era baja… pero GRANDE), y también a la expresión “Hacer la desconocida”, que refiere a cuando se ignora a alguien. Ella estaba consciente que le habían hecho grandes desconocidas en el mundo editorial, teatral e intelectual ¿Por ser mujer? ¿Por no valorar su obra? No lo sabremos hasta que respondan todos aquellos que no publicaron sus trabajos, o no estrenaban sus textos, los que no le dieron el reconocimiento justo para traspasar su figura a las nuevas generaciones.
Ahora Isidora Aguirre, con un legado literario y musical tan vasto como desconocido, duerme en la eternidad de los afectos, ahora se aproximan las celebraciones del centenario de su natalicio, quizás ahora haya que retomar su obra, solo para ratificar que el acto creativo nos da la fortaleza necesaria para enfrentar las peores atrocidades que nos puede deparar la historia.
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